Julio atípico

Después de el parón al acabar Circuito Montañes he seguido con los entrenamientos. Llevo dos semanas buenas, probablemente demasiado entrenamiento para las fechas en las que estamos pero tengo ganas, esos días de relax me han devuelto la chispa.
Desde entonces he corrido alguna prueba aunque para nada son mi objetivo, en la mayoría acudo cansado y mi único objetivo es entrenar a pesar de que en ningún momento he quedado desplazado de los puestos de cabeza.
Me queda un puntito para disputar pero estoy ahí. Después de un parón así lo que necesitas es competición, el entrenamiento ya está heho durante los meses anteriores, tenemos fondo y una base aeróbica más que suficiente, lo ideal es correr una vuelta cómo preparación, dos o tres días seguidos que te hacen recuperar esa chispa.
Lo atípico de este mes es la falta de competición, en años anteriores disputamos la vuelta ávila por estas fechas, prueba en la que este año el equipo ha decidido no tomar parte. Yo quiero correr, tengo ganas de competir aunque hasta el 22 no tendré la oportunidad en la vuelta a Madrid. El calendario tanto en el País Vasco como en el resto queda un poco escaso por estas fechas, se acumula todo en agosto donde se pueden alcanzar los 20 días de competición tranquilamente, será el último sprint! Así que no queda otra que tomárselo con calma, ya habrá tiempo de coger ritmo.

Salinas

Este domingo nueva carrera del euskaldun. Toca Salinas, una carrera dura que concluye en el pueblo (situado a mitad del puerto) después de haber completado la ascensión dos veces anteriormente.
Después de competir lunes y martes, el miércoles me dediqué a descansar para aprovechar el jueves con un entrenamiento de calidad. Viernes y sábado días para recuperar y asimilar. A pesar de ello el sábado me encontraba aún bastante cansado, parece que al cuerpo le ha gustado eso de las vacaciones...así que no sabía cómo iba a responder hoy.
Para no variar, salida muy nerviosa, continuos ataques y escapadas que darían a algunos una pequeña ventaja en la primera ascensión. Hemos subido muy rápido, arriba apenas quedábamos 10, y a pesar de que nos interesaba ya que teníamos bastante gente, han empezado a empalmar grupos hasta quedar en cabeza un grupo de 50. Siguen los ataques y ya en la segunda subida es un grupito de 7 el que queda destacado aunque el interés de algún equipo ha echado abajo sus expectativas. Al final un pequeño grupo se juega la carrera en las últimas rampas y es Iriarte el vencedor de la prueba, merecido ya que se había mostrado muy combativo.




Las sensaciones van mejorando después del parón y parece que no voy a tardar mucho en coger de nuevo un buen puntillo, a pesar de que el pulso todavía va un poco alto, algo que con unos buenos entrenamientos y carreras conseguiré superar.
Por otro lado, noto cómo se me había olvidado el nervio con el que se corre en estas carreras, es ataque tras ataque. En las últimas vueltas que había disputado el ritmo era muy diferente, al final la gente caía por madurez por lo que todos estos ataques sobraban y te evitas todo ese desgaste que produce el andar arrancando. No queda más remedio que volver a coger el ritmo!